Efectos del déficit de macro y micronutrientes sobre la inmunidad y la enfermedad.

La nutrición es primordial para mantener la salud y la vitalidad de todos los organismos vivos. Los nutrientes ingeridos en la alimentación son esenciales para el crecimiento, la función celular y el desarrollo de tejidos, el suministro de energía y la defensa inmunitaria. La dieta de los omnívoros, incluidos los humanos, consiste en productos animales y vegetales; estos se dividen en macronutrientes (proteínas, carbohidratos, ácidos grasos), micronutrientes (vitaminas, minerales, fitoquímicos, antioxidantes, probióticos) y fibra dietética, todos los cuales tienen importantes funciones biológicas  y la salud de la barrera inmunológica para la buena absorción de todos los macro y micro nutrientes.

El objetivo principal de la inmunología nutricional o Inmunonutrición es estudiar en detalle los efectos de los nutrientes sobre el sistema inmunológico. Una Nutrición poco saludable o una desnutrición caracterizada por deficiencias de macro y micronutrientes pueden provocar respuestas inmunitarias ineficaces y dejar al organismo desprotegido frente a los patógenos.  Además, muchas enfermedades están asociadas con una pérdida de nutrientes esenciales, lo que lleva a deficiencias de nutrientes. Los nutrientes per se pueden mediar respuestas proinflamatorias y antiinflamatorias y modular enfermedades autoinmunes e inflamatorias crónicas  o metainflamación y causando un efecto dañino en múltiples órganos y sistemas.

La Inmunonutrición y la nutriepigenética estudia la nutrición como un objetivo para prevenir y revertir la progresión de las enfermedades. Cabe descatar que ambas ramas tienen como objetivo el desarrollar patrones dietéticos personalizados, teniendo en cuenta que la predisposición genética caracteriza algunos tipos de enfermedades crónicas y que la expresión génica está directamente influenciada por factores ambientales, incluidos los metabolitos presentes en los alimentos que las personas consumen.

En el tracto intestinal se produce una interacción especial entre los nutrientes y el tejido linfoide asociado al intestino. Los enterocitos de la barrera intestinal actúan como sensores de antígenos de los nutrientes y la microbiota intestinal, que entregan al sistema inmunitario subyacente de la lámina propia, desencadenando una respuesta inmunitaria. Los estudios que investigan el mecanismo de influencia de la nutrición en los resultados inmunológicos han destacado un papel importante de los macronutrientes (proteínas, carbohidratos, ácidos grasos) y micronutrientes (vitaminas, minerales, fitoquímicos, antioxidantes, probióticos) en la modulación de la homeostasis inmunológica. Los nutrientes ejercen su papel en la inmunidad innata y la inflamación al regular la expresión de TLR, citocinas proinflamatorias y antiinflamatorias, lo que interfiere con la comunicación cruzada y la señalización de las células inmunitarias. 

Los compuestos químicos provenientes del metabolismo de los nutrientes pueden actuar como cofactores o bloqueadores de la actividad enzimática, influyendo en las vías moleculares y las reacciones químicas asociadas con la destrucción microbiana, la inflamación y el estrés oxidativo. La función de las células inmunitarias parece estar influenciada por ciertos nutrientes que forman parte de la estructura de la membrana celular y están involucrados en la producción de energía y la prevención de la citotoxicidad.

El aporte de los micronutrientes necesarios es crucial para el normal desarrollo del sistema inmunitario durante las diferentes etapas del crecimiento humano (gestación, maduración neonatal, destete). La nutrición materna inadecuada y las deficiencias de micronutrientes, especialmente vitaminas A, D, E, B2, B6, B12 y ácido fólico, se asocian con un mayor riesgo de morbilidad infantil debido a infecciones respiratorias, inflamación intestinal, alergias, asma y trastornos del neurodesarrollo. La formación de anticuerpos IgE prenatales está influenciada por los metabolitos de los alimentos y predice el desarrollo de alergias alimentarias en la infancia.

Es importante entender que la nutrición sigue  influyendo en la función del sistema inmunitario durante el envejecimiento. La dieta y el estado nutricional pueden influir en la inmunosenescencia (Envejecimiento inmunológico), el cual es  un deterioro gradual del sistema inmunitario como consecuencia de una  inflamación crónica. Las deficiencias de micronutrientes como las vitaminas A, B12, C, ácido fólico, riboflavina, hierro, zinc y selenio pueden aumentar la inmunosenescencia, en particular la susceptibilidad a las infecciones y la progresión de la inflamación. Se ha demostrado que la deficiencia de vitamina A reduce el número de células asesinas naturales (NK de sus siglas en ingles) y altera su actividad. También se considera que esta deficiencia altera la capacidad de los neutrófilos y los macrófagos para sufrir fagocitosis, altera el crecimiento y la diferenciación de las células B, reduce el número de células T y limita su distribución. Para terminar este apartado se ha visto que la  deficiencia de vitamina B2 se ha asociado con la inflamación crónica asociada a la obesidad.

Escrito por el Dr. Samuel Santokh. Si deseas Aprender más sobre el eje Intestino-Cerebro, nutrición, nutraceuticos y suplementación puedes matricularte nuestra formación Nutrición Integral e Inmunonutrición que inicia el 24 de Marzo.

 

Deja un comentario