Enfocándonos en el eje microbiota-intestino-cerebro para el tratamiento de trastornos psiquiátricos y neurológicos como la depresión

El cuerpo humano alberga billones de microorganismos; especialmente en la luz intestinal, formando un microambiente estable relacionado con la salud en todo momento. Este microambiente generalmente denominado microbiota intestinal se compone de microbiota comensal, simbiótica y patógena, que equilibran el estado de salud del huésped en función de su estabilidad, composición y capacidad de recuperación. Un microbioma saludable gobierna intrincadamente varios procesos biológicos e influye en la neurobiología del individuo a través de la comunicación bidireccional con el sistema nervioso central (SNC), generalmente denominado «eje microbiota-intestino-cerebro», que involucra el nervio vago, el sistema inmunológico, algunas hornonas como la insulina, la adrenalina, la hormona tiroidea y los metabolitos derivados de bacterias directa o indirectamente. 

La disfunción de la interacción entre la microbiota intestinal y el cerebro o una alteración en la composición de la microbiota se ha asociado o presentado con la patogenia de trastornos metabólicos, enfermedades neurológicas y del SNC, cáncer y otras enfermedades. Además, la diafonía entre este eje y el sistema inmunitario (eje microbiota-intestino-cerebro-inmune) ha ganado más atención ya que juega un papel vital en la patogénesis de varios trastornos cerebrales (Dinan and Cryan, 2017, El Aidy et al., 2015).

En general, los diversos. microorganismos comensales, a saber, Archaea, Bacteria y Eukarya, comúnmente colonizan el entorno del intestino humano (Milani et al., 2017). La mayoría de las bacterias pertenecen a los siguientes familias:

  • Firmicutes , Bacteroidetes , Actinobacteria , Verrucomicrobia y Proteobacteria 
  • entre ellos los siguientes géneros: Bifidobacterium , Lactobacillus , Bacteroides , Clostridium , Escherichia , Streptococcus y Ruminococcusdominan el intestino humano (Eckburg et al., 2005, Human Microbiome Project, 2012). 

Los estudios clínicos han proporcionado evidencia prometedora que indica un papel esencial de la microbiota intestinal en la patogénesis de trastornos cerebrales como la depresión, el Alzheimer, la esquizofrenia, el Parkinson, el autismo y la esclerosis múltiple y sus cambios notables en su perfil en el individuo que se encuentra bajo las circunstancias mencionadas anteriormente.

Por ejemplo cuando encontramos  individuos deprimidos, la microbiota fecal mostró una sobrerrepresentación de Bacteroidales y una subrepresentación de Lachnospiraceae , Oscillibacter y Alistipes asociados con la depresión (Naseribafrouei et al., 2014). En otros casos, un aumento con Bacteroidetes , ProteobacteriaLactobacillus, Actinobacteria y una disminución significativa con Firmicutes en muestras fecales de pacientes deprimidos. En otro estudio con pacientes con trastorno depresivo mayor (MDD), se notificó una disminución de Bacteroidetes , Bifidobacterium y/o Lactobacillus (Aizawa et al., 2016, Chen et al., 2018). Además, Coprococcus y Dialister asociados con la calidad de vida no se encontraban en una muestra de pacientes deprimidas sin tratamiento ningún tipo de intervención.

En un estudio reciente, se observaron asociaciones dependientes del sexo en sujetos con trastornos del estado de ánimo, las mujeres tenían una relación inversa entre las puntuaciones de la escala de ansiedad y Bifidobacterium , mientras que los hombres tenían una relación inversa entre las puntuaciones de la escala de depresión y Lactobacillus (Taylor et al., 2019). 

Una muestra sustancial de estudios clínicos demostró de manera bastante convincente un desequilibrio con la microbiota intestinal en los trastornos cerebrales. Todos estos hallazgos sugieren la noción de modulación de la microbiota con trastornos cerebrales similares.  También hay amplia evidencia de que las perturbaciones específicas de la cepa y el aumento selectivo de la microbiota dañina con tales condiciones cerebrales están relacionados con la inflamación mediada por una hiper permeabilidad intestina. La liberación adicional de citocinas proinflamatorias como resultado de la interacción del eje intestino-cerebro impulsada por la microbiota sigue siendo una característica clásica que se encuentra en la mayoría de los trastornos cerebrales. La investigación que examina los trastornos cerebrales y el microbioma intestinal ya ha demostrado una fuerte evidencia de un vínculo del sistema inmunitario entre el intestino y el SNC. Además, ahora existe evidencia que respalda que la inflamación de bajo grado que generalmente se presenta con varias enfermedades está controlada e influenciada por las señales derivadas de la microbiota que tienen una interacción multidireccional con el estado nutricional.

Una nutrición y una dieta adecuadas están directamente relacionadas con una mejor salud y, lo que es más importante, gobiernan la salud del cerebro, la función inmunitaria y la composición saludable de la microbiota intestinal. La nutrición es un contribuyente clave en la configuración de la composición de la microbiota intestinal y sigue siendo un factor de riesgo potencial para el desarrollo de trastornos neuropsiquiátricos (Sandhu et al., 2017).

El enfoque más nuevo de suplementos dietéticos o nutricionales o nutracéuticos administrados como agentes terapéuticos o consumidos con la esperanza de un estilo de vida más saludable se ha convertido en un parametro con mucha relevancia. El termino «nutracéutico»  se puede dilucidar como «un alimento o parte de un alimento, como un suplemento dietético, que tiene un beneficio médico o de salud, incluida la prevención y el tratamiento de enfermedades».  Además, a lo largo de los años se ha incrementado el consumo de probióticos “alternativos” o “naturales” de venta libre para prevenir, aliviar o tratar enfermedades específicas. Por lo tanto, vale la pena, revisar los resultados clínicos de  suplementos nutracéuticos y probióticos diferentes en el manejo de trastornos neurológicos y psiquiátricos con una posible relevancia potencial para el mejoramiento del eje intestino-cerebro.

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